lunes, 25 de febrero de 2008

Adicted to House: Everybody Lies

Desde hace algunos meses mi obsesión por la serie de televisión House M.D. ha aumentado considerablemente, el show estelarizado por Hugh Laurie y Lisa Edelstein me está llevando a la locura, realmente pocas son las series que han logrado captar mi atención de manera que me convierto en una enajenada cualquiera como de las que ven la telenovela de las nueve sólo que yo veo House, lo cual no me hace mejor, ni peor pero si una persona totalmente fuera de sí cuando me siento a ver ésta serie que me hace perder noción del tiempo y de la realidad, somos Gregory y yo con fondo blanco alrededor. (jaja)

La serie es fenomenal, ya que retrata casos de enfermedades muy complicadas y que quizás lleguen a tocar algo de irrealidad pero sólo porque esto emociona al espectador ya que en realidad la serie es muy lógica y todos los temas que tocan son posibles.

Un capitulo común y corriente de House consiste en diagnosticar un caso de un paciente que tiene algo muy difícil de diagnosticar y el cual no siempre termina de manera feliz aunque en la mayoría de los casos el capitulo cierra con felicidad y la enfermedad puede ser curada, el cinismo y el carácter amargo y acido de Dr. House hace que valga la pena ver el episodio.
Nunca antes un personaje había logrado atraparme de esta forma, aparte de ser uno de los mejores doctores es una persona que por circunstancias ha aprendido a manejar a los pacientes ya que su dolor es su principal motivante para defenderse del mundo aunque a veces le sirve de barrera la cual pocos han podido traspasar y llegar al House amable y cariñoso que en el fondo es.

Aquí viene lo grave de ver el show de House, mi mejor amiga me prestó la primera temporada y al terminar de verla me pasó algo muy particular, evidentemente le pedí la segunda para continuar viendo mi serie favorita y mi romance ficticio con Gregory House, pero los casos están tan bien ejemplificados y realizados que aprendes en verdad mucho de síntomas y de cuestiones medicas, por lo menos puedes entender ya muy bien el lenguaje de ellos al ver un episodio, pero una mañana cualquiera me metí a bañar y al tomar el jabón lo vi y me atacó la paranoia de la cual hoy soy presa y me puse a pensar qué contenía el jabón, qué reacciones hace en mi cuerpo y comencé a preguntarme sobre cada funcionamiento de mi organismo y ahora pienso todo el tiempo sobre cuántas cosas consumo, y sobre cómo estará mi organismo por dentro, tantas cosas que dejamos a un lado pensando que estamos en perfectas condiciones, mis amigas evidentemente se han reído de mi por mi obsesión con esta serie y mi paranoia pero es real, ves tan de cerca los casos, cómo las bacterias y los virus habitan dentro del cuerpo del paciente que reflexionas sobre lo que haces minuto a minuto dándote cuenta de que cada cosa que tocas, o que comes ocasiona algo y nadie se lo cuestiona.

De por sí soy una persona obsesiva sobre cuestiones de orden en mis alimentos, o sobre cómo deben verse o de algún lugar en particular y ver esta serie simplemente me diagnosticó la perdición total de ser una obsesiva compulsiva ahora a House.

Más allá de lo que percibe el ojo esta lo que emociona al alma

Nosotros no tenemos más que lo que nos cuentan a medias de los conflictos en el medio oriente, pero una gran oportunidad tuve al estar presente en un café de prensa llevado a cabo en la Universidad Panamericana, donde el fotógrafo mexicano, Manuel Esquivel compartió con estudiantes y profesores su trabajo, el fotoperiodismo en el medio oriente.

Lleno de humildad Esquivel cuenta como fue que llegó al medio oriente sin ninguna intención de encontrar su pasión en una cámara ya que él fue a dar talleres de literatura siendo esta su licenciatura, pero debido a conflictos en las fronteras le fue imposible regresar a casa.

A Esquivel se le terminaba el dinero y la situación se agravaba día con día hasta que decidió trabajar para una agencia noticiosa emprendiendo así su viaje por la fotografía.


Comenzó a captar y a documentar la guerra constante en la que vivían palestinos y judíos, niños y adultos que a diario se enfrentaban a la muerte aceptando su destino, el ya era fotoperiodista y por mas que éste no fuera su sueño, el también comprendió su destino y logró captar aquello que le indignaba pero que lo impulsaba a seguir adelante.

Una gran labor de documentalista y de percepción se necesita para captar fragmentos de dos culturas que se anteponen y que están en una bomba de tiempo, retratar no sólo el conflicto bélico entre Israel y Palestina, no meterse en sus ideologías sino mostrar su cotidianeidad y demostrarle al mundo cuál es la importancia de dichas imágenes, éste es el trabajo de Manuel Esquivel.

Para él no existe la versión palestina o la versión israelí, porque el ha vivido en las dos, él ha aprendido a percibir ambas, la gran maravilla de poder entender y ejemplificar la diversidad en una estancia donde de verdad existe, donde día a día se sobrevive y eso es lo que te toca hacer en ese día, lejos de retratar imágenes llenas de un carácter estético está el comunicar lo que el fotoperiodismo persigue, capturar el hecho y el significado de dicha imagen.

sábado, 9 de febrero de 2008

Diestro o zurdo

Pensar en el término derecha o izquierda en estos días es complicado, ya que en México en términos de política no existe una izquierda como tal, porque la mayoría que ahora son de derecha se dicen de izquierda.

En los medios de comunicación existen muy pocos que nos dejan ver su tendencia, ya que aun hay muchos tapujos o prejuicios y nadie se atreve a decirlo abiertamente por que pertenecen a empresas que se verían afectadas por este hecho, y si no habría que preguntarle a Aristegui.

En el caso del programa de Televisa, Tercer Grado que cuenta con grandes estrellas del periodismo tales como Joaquín López Dóriga, Denise Maerker, Ciro Gómez Leyva, Carlos Marín, Carlos Loret de Mola, Adela Micha y Víctor Trujillo, se puede decir que es un programa que tiende a la derecha por el pequeño grande detalle de pertenecer a una empresa con grandes intereses como lo es Televisa.

Evidentemente sabemos de las tendencias de Carlos Marín o de Denise Maerker que durante mucho tiempo estuvieron con Andrés Manuel López Obrador el cual pensaríamos todos que es un gran icono de izquierda pero no olvidemos que empezó en el PRI y es aquí cuando se elimina toda posibilidad de tener tendencia sino mas bien es estar del lado que me convenga y Televisa hace precisamente esto, esta del lado que mas le conviene, ellos no quieren debatir en verdad sólo quieren opinar, formas líderes de opinión y esto es lo que hacen estas personalidades del periodismo en el programa que media Leopoldo Gómez, vicepresidente de noticieros Televisa, digamos que es una pequeña platica de lo más importante en materia noticiosa en la que algunos argumentan mientras otros sólo opinan lo que el otro dice sin siquiera demostrar o anteponer una verdadera postura sobre el tema en discusión.

Televisa así como tiene a Yuri los domingos, debe tener a los periodistas más famosos y no por eso los mejores en su programación para dar a notar que ellos están actualizados en lo más importante hoy en día como es demostrar que saben del tema y que tienen un espacio, pequeño pero al fin espacio en el que se puede debatir sobre algunos temas que a la gente entretiene, si se habla de la nueva faceta de la política en nuestro país ya que ahora podemos entretenernos con nuestros políticos favoritos, ya no mas política aburrida, o informes de gobierno kilométricos sino que ahora podemos prenderle a la nueva Oreja que pasa todos los miércoles en la barra de México Discute a las 23:30 hrs. por el canal de las estrellas.